En Juan Crispín, denuncian afectación por obra
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Las y los vecinos inconformes, indicaron que abrieron las vialidades Baja California, Jalisco e Hidalgo, para realizar y dar acceso de una línea de dren pluvial para un hospital en el campo militar “Los Sabinos”, obra que servirá —presuntamente— para desazolve de aguas residuales del nosocomio.
Ainer González | Divulgar
Por irresponsabilidad, soberbia y capricho de la Secretaría de Obras Públicas (SOP) del municipio de Tuxtla Gutiérrez, más de mil habitantes de la colonia Juan Crispín, tienen que vivir entre aguas negras y calles de lodo malolientes.
Nela García López, habitante de la colonia Juan Crispín de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, dio a conocer que las personas que habitan en las calles: Baja California, Jalisco e Hidalgo, desde hace tres semanas tienen que vivir entre vialidades de lodo, olores fétidos y más problemas, debido a la fuga de aguas negras ocasionada por la instalación de una línea de drenaje proveniente —presuntamente— del campo militar “Los Sabinos”, mismo que llegará a desembocar a la planta de tratamiento de aguas residuales ubicada a un costado del parque Tuchtlán.
Sin embargo, denunció que lo que más molestias les ha generado a las y a los vecinos de Juan Crispín, es la falta de transparencia y atención de la Secretaría de Obras Públicas del Ayuntamiento tuxtleco, (quien sin previo aviso, no consultó, ni notificó acerca de dichos trabajos) exigiendo así que la obra se cancele, y reparen la calle que destruyeron con maquinaria, ya se encuentra intransitable.
“Que se haga (la obra) hacia donde estaba proyectado, a nosotros se metieron porque no dieron autorización porque iba a afectar negocios… que se vaya a donde estaba proyectado y que nos arreglen las calles. Es obra de un hospital en Los Sabinos este drenaje es para desazolve del hospital”, reclamó la vecina afectada.
Asimismo, indicó que la poca información que han recibido, ha sido que la instalación de esta línea de drenaje se tenía contemplada para el boulevard Belisario Domínguez, sin embargo, dueños de negocios se opusieron y decidieron recorrerla dos cuadras abajo.
Este problema, dijo que también ha acarreado otros más, como lo es la inseguridad y afectaciones a la salud pública, pues varias personas han presentado enfermedades gastrointestinales por los olores desagradables que se desprenden por las aguas de drenaje. Asimismo, al no poder estacionar sus autos fuera de sus viviendas o meterlos a sus galeras, los dejan en calles aledañas, algunos siendo víctimas de robo.
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